Gafas de realidad aumentada: hacia la tecnología gaseosa
En competencia con las Ray-Ban Meta presentadas el año pasado o las Apple Vision Pro reveladas antes del verano, este modelo ilustra la transición desde la era de la “tecnología sólida” (2007-2024) a la “gaseosa” (2024- ) ilustrada en mi último libro, Retomar el control.
A medida que los dispositivos adhieren cada vez más a nuestros cuerpos y sentidos, resulta más difícil tomar distancia, encontrarse con uno mismo y tener experiencias sensoriales, relacionales o íntimas en las que la tecnología no actúe como intermediario.
Sin embargo, si queremos que esta siga siendo una herramienta en nuestras manos y no al revés, es fundamental reintroducir botones OFF en nuestra relación con lo digital.
Esta es una de las lecciones que podemos aprender de la era del smartphone, en la que la salud mental y la capacidad de atención se han profundamente deteriorado con la hiperconexión.
Las gafas de AR representan, al contrario, un estado de ON permanente en el que uno ya no elige si está conectado o no.
Antes de adoptar cualquier innovación, preguntémonos qué papel deseamos que la tecnología desempeñe en nuestras vidas y, en este caso, si es deseable que dispositivos operados por terceros filtren o enriquezcan de forma permanente lo que está en nuestro campo de vista — con el poder que esto les otorga sobre nosotros.
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