OFF #19 | La newsletter para retomar el control

Julio 2024

OFF #19 | Hablamos cada vez más con máquinas

Hola,

Te propongo una última reflexión antes de desenchufar la Newsletter OFF hasta septiembre. 

La tecnología ¿tiende más bien a uniros o a separarnos los unos de los otros? Esta pregunta que me hice cuando aún era adolescente fue la que despertó mi interés en las implicaciones de la digitalización para la humanidad. 

La sustitución paulatina de interacciones humano-humano por relaciones humano-máquina es uno de los componentes de esta cuestión. 

“Si Vd. ya es cliente, pulse o diga 1” — hace ya muchos años que nos acostumbramos a mantener pequeñas interacciones con máquinas en situaciones puntuales. Automatizar la atención al cliente permite ahorrar costes y simplificar algunas operaciones. 

¿Podría este principio ser el preludio a un mundo en el que nos relacionamos cada vez más con máquinas en detrimento de la interacción humana? ¿Hasta qué punto es deseable un mundo en el que las máquinas se convierten en nuestros principales interlocutores? 

Humanos imperfectos, máquinas eficientes 

Los seres humanos tenemos muchos defectos: somos lentos, poco sistemáticos, susceptibles, olvidadizos, etc. Por las noches solemos dormir y no nos molesta si nos despiertan. Cuando trabajamos exigimos un sueldo… Una serie de defectos de las que carecen las máquinas. 

Reemplazar a seres humanos por robots en situaciones de interacción no solo supone una ventaja para las empresas. Sin darnos cuenta, a nivel individual nos relacionamos cada vez más con máquinas y esto puede brindarnos más eficiencia:

  • Consultar Google Maps te evita pedir el camino a un desconocido. 

  • Aprender un idioma con DuoLinguo te ahorra el esfuerzo de quedar con un profesor en un horario preestablecido. 

  • Firmar un documento online evita que de te desplaces y tengas que atender una junta de accionistas o de propietarios.  

  • Comprar rápidamente productos desde tu ordenador 24/7 puede ser más cómodo que ir a un comercio físico y esperar a que esté abierto.

  • Si dices “Siri (o Alexa), resérvame una mesa para dos en tal restaurante”, también economizas unos segundos si lo comparas con llamar al restaurante en cuestión. 

Máquinas inteligentes > Más posibilidades 

A medida que la IA es más sofisticada, también tiene un aspecto más antropomórfico y es capaz de sustituir al ser humano como interlocutor en situaciones en las que parecía inverosímil hace pocos años. 

El año pasado, Snap —una aplicación popular entre los adolescentes para chatear— lanzó MyAI, un servicio que permite intercambiar mensajes con una IA, como si esta fuera un amigo. En 2 meses consiguió 150  millones de usuarios que reemplazaron, al menos en parte, sus amigos por este programa. MyAI nunca duerme así que si uno se despierta a las 3 de la madrugada con ganas de hablar, sin duda resulte más cómodo abrirlo que despertar a un amigo. No se toma nada mal ni te va a juzgar. Está a tu servicio. 

Publicidad para el servicio MyAI de la empresa Snap

Otro campo en el que la disponibilidad es un elemento clave son los cuidados a las personas mayores. Aquí también los robots inteligentes prometen convertirse en sus nuevos ayudantes. Algo especialmente útil en una sociedad que envejece y en el que todo el mundo vive con un ritmo frenético que dificulta ocuparse de una persona dependiente.  

La sexualidad también podría verse invadida por robots destinados a satisfacer cualquier deseo, ahorrando todas las trabas impuestas por la interacción humana. Empresas como RealDoll o RobotCompanion ya ofrecen modelos cada vez más fieles a la realidad y siempre dispuestos a mantener una relación. 

Por el momento suele ser fácil saber si uno está interactuando con una máquina o con un humano, pero esto podría cambiar. OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, trabaja en un sistema capaz de clonar una voz humana y seguir una conversación sin que el interlocutor se entere de que está hablando con una máquina. 

El coste oculto de interactuar con máquinas 

Las relaciones entre seres humanos rara vez son unidireccionales, o si no una de las partes suele terminar cansándose. Si hablas con un amigo, también tendrás que escucharle cuando te quiera contar algo. Unas máquinas siempre disponibles y diseñadas para responder a nuestras expectativas producen un ensimismamiento porque nos ahorran tener que mirar más allá de nuestra propia persona. Llevado a su paroxismo, este utilitarismo probablemente no contribuya a hacernos muy felices. 

El deterioro vertiginoso de la salud mental desde principios de la década 2010 se explica por varios factores que ya hemos comentado en OFF. Uno de ellos tiene que ver con la epidemia de soledad que estamos atravesando. Un entorno en el que ya no sea necesario molestarse en interactuar con otros humanos —con todas las ventajas que esto conlleva en el instante— podría suponer un coste elevado para nuestro bienestar.

Cómo pasan el tiempo los estadounidenses mayores de 15 años

Fuente: American Time Use Survey vía Opal

Un estudio reciente sobre el uso de la IA generativa en las universidades ha mostrado que esta podía tener un resultado positivo sobre las notas de los estudiantes a corto plazo. Pero la sustitución de las relaciones con profesores, bibliotecarios o cualquier otra persona por interacciones con chatbots tenía un efecto negativo sobre el bienestar psicológico y el sentido de pertenencia de los alumnos, que a su vez impactaba negativamente su éxito en un sentido más amplio. 

Únicamente sabremos resistirnos a la eficiencia que brinda una interacción con máquinas si tomamos consciencia de que el precio que pagamos por relacionarnos con otros seres humanos no está tan mal invertido.

Espero que disfrutéis de un verano en el que el botón OFF sea uno de los protagonistas. Y si buscáis una lectura os recuerdo que mi nuevo libro, Retomar el control está disponible en la mayoría de las librerías.

Un abrazo, 

Diego

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