Sentido del esfuerzo y actitud pasiva
El otro día, mi hijo me contó que su maestra le había preguntado a ChatGPT en clase cuál era el complemento de objeto de una frase.
La IA acertó y la profesora proclamó: “¡Qué inteligente es ChatGPT!”
“Entonces, ¿para qué sirve que aprenda todas estas reglas de gramática?”, me preguntó mi hijo.
En un entorno en el que la tecnología es capaz de hacer muchas cosas de forma más eficiente que nosotros, uno de los retos de la educación será convencer a los alumnos de que, aún así, vale la pena esforzarse.
Aceptar desde la más temprana edad que resulta más cómodo delegar en la tecnología cualquier tarea que esta vaya a realizar de forma más rápida o mejor que nosotros conduciría inexorablemente a una atrofia de la mente.
➼ ¿Para qué pasarse años aprendiendo un idioma si un traductor automático nos permite comunicar con un extranjero en un clic?
➼ ¿Para qué recordar fechas si la Wikipedia almacena más datos de los que yo soy capaz de aprender durante toda mi vida?
El esfuerzo no es solo un medio para alcanzar metas, es el motor que impulsa la motivación para superar obstáculos de forma autónoma y un elemento clave del sentimiento de autorrealización.
Esforzarse requiere paciencia — una virtud que gran parte del panorama tecnológico actual tiene como objetivo reducir al máximo, contrayendo el tiempo que separa un deseo de su satisfacción.
La infancia y la adolescencia son etapas fundamentales para aprender el valor intrínseco del esfuerzo y los beneficios de una actitud proactiva ante la vida.
Esto empieza con pequeñas cosas como apuntar uno mismo sus deberes en lugar de que el profesor los suba a una plataforma aunque esto parezca más cómodo para todos.
No confundamos las ventajas que la tecnología puede brindar al mundo profesional con las necesidades de la educación. Si renunciamos a sentar estas bases en pro de la eficiencia a corto plazo, el coste psicológico y educacional será abismal para toda una generación.
En la carta Por una escuela OFF explicamos los 12 problemas que plantea la digitalización de la educación.
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